Sumario |
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal había dispuesto el sobreseimiento de Daniel Antonio González, por no haber encontrado secuelas físicas en el menor. Contra ello, la querella interpuso recurso de casación que luego de ser rechazado fue declarado admisible en queja por la Cámara de Casación.
El defensor argumentó que la madre del niño formuló una falsa denuncia y que el tribunal de familia de San Martín lo privó de todo contacto con su hijo, sólo por los dichos de la madre. Sostiene también que no se prestó atención a la posibilidad de que los dichos del niño provengan del "síndrome de alienación parental."
La Cámara de Casación, en esta sentencia, observa que el a quo desoyó el relato del niño, sobre el cuál ningún profesional había encontrado signos de fabulación. Contra ello, afirma que la palabra del menor no puede ser soslayada ni minimizada, ya que es un correlato necesario la protección internacional y constitucional del derecho de todo niño a ser oído en los procesos judiciales que versan sobre sus derechos e intereses.
Cabe destacar el análisis realizado por la Cámara de Casación, como respuesta a un planteo de la defensa, en la cual se impugnaba la capacidad de una mujer de realizar pericias en casos de abuso sexual infantil, en razón de su "natural instinto maternal". Sostiene que ello evoca estereotipos de género que el Estado se ha comprometido a combatir y a erradicar al ratificar la CEDAW.
Por todo ello, resuelve hacer lugar al recurso interpuesto por la querella y anular la sentencia recurrida.
|