Sumario |
En esta sentencia la jueza a cargo del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 83, Patricia Susana Zabotinsky, resuelve no hacer lugar a la apelación planteada por CMA contra la resolución que dispuso el cese de la intervención de la Asistente Social designada y la continuidad del régimen de comunicación padre-hija sin necesidad de la supervisión profesional y que también intimó a las partes a iniciar un tratamiento de coparentalidad.
La sentencia se basa en el derecho del padre a tener adecuada comunicación con el hijo y de supervisar su educación y sostiene que no es así como la madre debe defender los intereses de su hija.
La jueza argumenta, con una clara evocación a la conducta de la madre, que: "Es mucho más grave, por ejemplo, la hipótesis de la persona con perfil psicopático que utiliza al hijo, ejerciendo presión emocional o maltrato sobre él y la pareja para manipular y condicionar la conducta del hijo frente al otro progenitor; que aquélla en que por baja tolerancia a la frustración o falta de un proceso de introspección adecuado que le permita a la pareja reposiconarse ante las asimetrías entre las respectivas historias de origen y la realidad que transitan, las lleva a participar esporádicamente de episodios de agresión verbal cruzada (con, incluso, agresión física aislada)."
Cabe destacar, también, que descarta el informe del Cuerpo Interdisciplinario de Violencia Familiar del Ministerio de Justicia, por entender que "la psicóloga actuante se ha limitado a describir lo expresado por C. y por M. y, luego de ello, ha deducido sintéticamente ciertas conclusiones sobre la base de un esquema teórico preconcebido acerca de la violencia de género, que encastra casi automáticamente para todos los casos de caracterisiticas similares a las que presenta el conflicto familiar traído a examen."
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