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País Argentina
   
Escala
   
Corte Otros Tribunales
   
Otros Tribunales Cámara de Acusación de Córdoba
   
Fecha 25/06/2012
   
Caso G., M. A. p.s.a. homicidio calificado
   
Temas Violencia Contra las Mujeres
   
Descriptores Femicidio - Celotipia - Inimputable
   
Derechos CEDAW a una vida libre de violencia
   
Sumario En este fallo los camaristas Carlos Alberto Salazar y Francisco Horacio Gilardoni deciden declarar inimpuable al femicida Miguel -ngel González, quien mató a su esposa, Sandra Mabel Quispe, con quien se encontraba separado de hecho, de una puñalada en el tórax. Mientras que en primera instancia el Juez de Control N 8 declara la imputabilidad de González, en Cámara revocan esta decisión. En sus fundamentos los jueces entienden que Miguel -ngel González padece de "delirio celotípico." Los actos que dan cuenta de la patología serían, entre otros, los siguientes: redactar una carta donde claramente da indicaciones de lo que debía hacerse respecto a bienes o su hija y de la causa de lo que había hecho: matar por celos; Hablar con los padres luego de estar separado anunciando su suicidio en caso de que ella no volviera; Haber dicho que se quiso ahorcar porque la vio con un amigo y empezó a preguntarle insistentemente acerca de este hombre y tener "la convicción de que ella se va a emborrachar y abrir las piernas a cualquiera"; Acosar a su esposa, no dejarla salir ni tener amistades, controlarla, tomaba alcohol, la hostigaba y humillaba; La acusaba de que lo engañaba, que usaba la plata para dársela a otro; "La llamaba constantemente por teléfono, agrediéndola, haciendo planteamientos de celos y amenazándola de muerte. Se sentía despojado de todo, engañado, traicionado como la quiso recuperar y no pudo la mato." En el informe de la pericia que se tuvo en cuenta se afirma que "El delirio de celos se caracteriza por la preformación en la mente de la convicción de la infidelidad, por lo que cualquier coincidencia, los menores gestos del sospechoso, el más leve indicio, se transforma en evidencia y justifican el fatal desenlace. En pleno desarrollo, el delirante trata a toda costa de obtener las pruebas que confirmen los hechos (ob. cit. T. 2, p. 465). Opina Cabello que los delirantes se caracterizan por tener perfecta lucidez mental. Sus portadores se nos presentan como hombres que, a expensas de las sutiles tramas del razonamiento, sostienen ideas que parecen verdaderas."
   
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